Patrimonio histórico en Canarias.
La historia de Canarias se mantiene viva a través de sus piedras. Rocas convertidas en catedrales, como la de Las Palmas de G.C. (Gran Canaria); en fachadas señoriales como las del conjunto histórico artístico de La Laguna (Tenerife), declarado Patrimonio de la Humanidad en el 500 aniversario de su fundación, en torres como la del Tostón en El Cotillo (Fuerteventura) o la del Conde (La Gomera); el fortín de San Gabriel en Arrecife (Lanzarote), o la iglesia de El Salvador de Santa Cruz de La Palma y el casco antiguo de Valverde (El Hierro).
Piedras que todavía hablan de culturas aborígenes, como las Tricias (La Palma), el Cenobio de Valerón y la Cueva Pintada de Gáldar (Gran Canaria) o hazañas marinas, como la casa de Colón, en el histórico barrio de Vegueta, en las Palmas de G.C.
La privilegiada situación geográfica que disfruta el Archipiélago Canario lo convierte en un cruce de caminos en el que su tesoro patrimonial nace en el gánigo aborigen y recoge las muchas influencias culturales importadas de América y Europa. El Patrimonio Histórico Canario es tan rico como variado. Cada isla, cada pueblo, posee sus propias manifestaciones independientes que vistas en el contexto global dan forma a la identidad canaria. En los territorios insulares las manifestaciones del pasado suelen adquirir otra dimensión, menos definida en relación con las grandes corrientes culturales, pero que, por el contrario, ofrecen unos rasgos propios, más singulares, que nos hablan, con mayor claridad, de las estrategias que han tenido que desarollar sus comunidades en la lucha por la supervivencia.